La Asociación Cultural Falla Bressol del Moble ha realizado una exposición de trajes valencianos, que inicialmente estaba prevista para el martes 20 de octubre, pero ante el éxito de visitantes que ha obtenido, se decidió ampliarla un día más, dentro de su Semana Cultural. Para la realización del evento, los miembros de la recientemente creada asociación, echaron mano de la imaginación y de los baules de tías, abuelas y bisabuelas, encontrando entre otras piezas de museo, un traje anaranjado del siglo XVI acompañado de un terno valenciano del siglo XVIII. El terno tenía como misión cubrir la cabeza de las falleras en los actos religiosos, o para entrar en misa. También los visitantes pudieron contemplar dos trajes, uno del siglo XVII y otro del XVIII, así como un delantal que data de 1912. La exposición no estaba compuesta únicamente de trajes de valenciana, sino que además tuvieron un lugar destacado los ajuares, cubres, mantones de manila, tapetes y mantillas españolas de las décadas de los años 40 y 50, y trajes de falleros y falleras que datan desde 1977, año de creación de la Falla Bressol del Moble hasta prácticamente 1996, quedando fuera los más modernos, por ser más actuales y conocidos en nuestros días. Otras piezas destacadas son dos abanicos, uno de madera y otro de nácar, hilo de bolillo a mano, un traje de novia de 1979 que una fallera arregló a su hija, el de la primera fallera mayor infantil de Bressol del Moble; otro negro con rojo, que era utilizado en invierno como traje de gala. Una chambre de 1920 que era una prenda que iba abrochada a los laterales y que tenía como misión facilitar la lactancia de las madres falleras, y que desabrochando tres o cuatro botones dejaban el pecho al descubierto. En el capítulo de peinetas también tuvieron su protagonismo les “pintes” “arracades” i “joies”. En la antigüedad, las mujeres utilizaban la peineta para peinarse y se la dejaban puesta. Actualmente llevan hasta tres peinetas. Las indumentarias masculinas también pudieron contemplarse puesto que habían trajes de Torrentí y Saragüell, los típicos de faena de hombre con faja y blusón, así como fajines de presidente y el primero de la primera Junta Local Fallera de Sedaví que se creó allá por los años 80. Las bandas de fallera también adquirieron su protagonismo.
En esta exposición han participado numerosas personas aportando sus prendas antiguas, y si el primer día fue visitada por la Concejal de Cultura y Políticas Sociales Mª José Albiach, en el día de su clausura, también asistió el Alcalde de Sedaví Rafael Pérez que no dudó en elogiar el trabajo y el esfuerzo de los miembros de Bressol del Moble a la hora de llevar a cabo esta iniciativa y felicitó a su presidente Fernando Hernica, con quien tuvo la oportunidad de recorrerla.
Hoy sábado tuvo lugar en la puerta del Casal de la Falla Nou Sedaví dentro de la programación con motivo de la Jornada de Puertas Abiertas una concentración de vehículos antiguos, en la que tomaron parte una cincuentena, siendo motocicletas la gran mayoría. En el capítulo de automóviles, destacó la presencia de un Chevrolet del año 1923, mientras que las Harley Davidson también tuvieron gran protagonismo. Los participantes dieron una vuelta de la población escoltados por un vehículo policial para concluir de nuevo en el casal e iniciarse las votaciones para elegir a los premiados. Los galardones en el capitulo de coches, recayeron en Eusebio González, al desplazamiento más largo (Torrent), David Morcillo el correspondiente a la votación popular, Maurilio Biedma el del vehículo mejor conservado y José Chust fue acreedor del trofeo al más antiguo. En motos, Marcos se llevó el trofeo al desplazamiento, ya que llegó de Castellón, Vicent Horca venció en el capítulo de la moto mejor restaurada, la votación popular fue para la de Víctor Francés y Cristian Martinez obtuvo el premio a la mejor minimoto y al piloto más joven. Concluida la concentración tuvo lugar la comida en la que la comisión fallera invito a todos los participantes de la misma a una multitudinaria paella. En la tarde los castillos hinchables, los campeonatos de futbolín, una merienda y una cena sobaquera, con Halloween como protagonista y una discomóvil cerraron una jornada inolvidable para los falleros.
